domingo, 3 de junio de 2007

Hablando a destiempo


La actualidad nos viene dictada de fuera. Lo vigente en común se constituye desde minorías que sujetan el poder e imponen la importancia de un asunto sobre otro. Desde ahí las redes ciudadanas, navegando con herramientas como las que ofrece la blogosfera, puede que ofrezcan una alternativa. Desafortunadamente, a menudo estas redes también se ven involucradas en una lucha para hacer relevantes asuntos en torno a la idea de un deseo mayoritario que dictamina que vale y que no vale. Ese voto en masa, esa selección no es más que una reconversión que acompaña a la tiranía de lo actual, la dictadura de lo popular. Frente a esto lo que nos hace cada vez más falta es buscar hablar a destiempo.

¿Hará falta cambiar el orden de la noticia? ¿Reivindicar la vigencia de lo pasado y hacer historia? ¿Levantar un suceso sin actualidad de vez en cuando para que constituya noticia? ¿Deberíamos hacer de la monotonía de la pobreza, de la guerra, de la discriminación, de lo cotidiano actualidad?

Así, podría ser este el momento para hablar de las elecciones francesas como pidió el Doctor. Cuando ya han pasado, cuando ya han dejado de existir en la sección de noticias frescas. Transitando por el ruido mediático cualquiera diría que las elecciones francesas importaban, que el arranque de la campaña, las jugadas más destacadas y resultado del sufragio levantaban a medio mundo del asiento. Ahora, con partido terminado, nos quedamos con ese marcador que legitima a los que jugaban el partido y formaliza y asimila a aquellos que de un modo u otro fueron espectadores en el estadio. Quizás esos sean los que votaron, y el resto - Francés o no – pertenece a esa audiencia que tuvo el partido retransmitido en una pantalla gigante. Si el diferido es la historia y el espectáculo deportivo la metáfora quizás estemos ante un partido que nunca quisimos ver. Un resultado que promete nacionalismo resurgente como solución a los problemas que nos afectan a todos sin excepción. Si las elecciones eran noticia de calibre global, ese sentido global dictaminado por occidente, su resultado y la gestión de ese país será de interés global como reflejo de todos. ¿La genuina noticia? ¿El vencedor prometiendo hacer patria, y “devolver el orgullo de ser francés”? El continuismo, la perspectiva de cinco años bajo esa premisa son la noticia olvidada, el cotidiano incendiario.

Tocará hablar de elecciones en otros lugares, de críticas al sistema, de análisis sobre su eficiencia, o insultante escurrimiento de bulto.
¿Cómo han podido ser estas mezquinas, míseras e incompletas elecciones regionales el eje de la noticia en España durante el pasado mes de mayo?

Y no sólo nos enfrentamos a la necesidad de hablar de aquello que no está en el podio de la actualidad sino de observar que y como nos cuentan esos sucesos que se envuelven de sensacionalismo. Ayer decían en grandes titulares que radicales habían reventado una protesta pacífica al G-8. Nos cuentan que sin violencia no hay noticia. Nos dicen que las protestas, las críticas, y la desconexión entre poder y pueblo, la falta de diálogo que resuelva la cotidiana existencia no pueden ser noticia.

En definitiva en la no noticia, en lo cotidiano, en la acción y contracción que no nos permiten contar quizás tengamos los medios de transformación comunicativa que nos permitan calibrar y exponer otra gama de prioridades. Nos hace falta. Y quizás por eso tengamos que marcarnos como un ejercicio habitual hablar a destiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante reflexión, tengo que decir que su tamaño inicialmente me ha llevado a leerlo a destiempo. Quizás sorprende mucho el hecho de que exista un "collegamento" entre el post y su interacción conmigo. tonterias al margen y refiriendome al asunto, no puedo decir más que al vivir en un mundo de tendencias, es razonable dejarnos llevar por ellas.
Además hoy, existe tanta información, que por fuerza creo sea difícil enterarse de todo, o seguir noticias durante mucho tiempo.....como este comentario, que no se puede seguir leyendo por mucho tiempo...

Anónimo dijo...

Gracias Cule,

Se que se ocasionalmente me enrrolló en demasía. Por una parte como comento en uno de los últimos posts creo que nos tenemos que mirar lo de darle avances y no post completos a la portada de Transactivos. Ya lo haremos.

En cuanto a lo demás, entiendo el sentimiento de que somos victimas de las tendencias que nos rodean. Pero como también intentamos demostrar en Transactivos en buena medida también somos responsables de que es eso que nos rodea. Es tanto ecosistema como busqueda y transformación del entorno. Y del mismo modo enterarse de todo probablemente no sea el objetivo sino que a través de redes autogestionadas que sepan combinar lo local con lo global seamos capaces de establecer ordenes particulares de intereses. En fin, otro comenario efímero...
Saludos,
Daniel